¿Recuerdas ese día? Viniste a la casa, nos sentamos en la galería a hablar un rato. Te enseñé mi cámara y empezamos a tirarnos fotos. A veces me la arrebatabas y me soprendías con un flash.
Ese día te dije que, por más grandes que pueda ser un problema, siempre hay un "hueco". Nada es tan absoluto, nada es tan grande que no pueda ser resuelto. Ese hueco es que nos permite ver más allá, nos deja confiar en que todo estará bien. Hay una salida. Lástima que no todos conozcan esta vía de escape, lástima que la mayoría no le interese escuchar Su voz.
""He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.”
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